jueves, 28 de junio de 2012

33 veranos

Recuerdo cuando era niña, me pasaba todo el año esperando la llegada del verano, eran las largas vaciones soñadas en las tediosas clases, la playa, las horas y horas de juego en la plaza con las amigas,no tener que madrugar, era perfecto. Luego en mi adolescencia igual, el verano era sinonimo de diversión, salir y salir hasta las tantas, disfruta; salvo por el calor que nunca me ha gustado, el verano era mi estación preferida... pero desde hace varios años eso cambió, pasando a ser la época del año más temida y detestable.

Los 33 veranos son mis años, que vaya si han pasado rápido, en cambio,desde hace más de una decada el verano se me hace eterno, insoportable, insufrible, doloroso.

No tiene nada que ver el calor,  mi problema con el verano es el mismo que en la demás estaciones pero multiplicado por 10, el abandono de animales, la llegada de camadas por doquier y la parada total de las acogidas y las adopciones.

Me pongo a pensar y veo como ha cambiado mi visión del mundo, una vez que rompí con la barrera del especismo para verlos como mis semejantes, o mejor que a ellos francamente, el profundo conocimiento que te dan los años de experiencia con ellos sobre su capacidad para amar, su inocencia, su abrumadora nobleza y fidelidad... Ya para mi el verano dejó de ser todo aquello de mi niñez, y lamentablemente es un camino sin retorno, jamás podrá volver a significar todo aquello que fué, jamás podré volver a disfrutar del verano.

De nuevo miles de correos desesperados, imagenes en las redes sociales que te hacen estremecer, animales en perreras, en las calles agonizando, muertos, la eurocopa y sus 80000 animales asesinados cruelmente, todo un holocausto animal, con todo lo grande que es esa palabra y lo que siginifica,  así ha sido, y seguimos, Andalucía y Estremadura los peores sitios de España, cientos de camadas de gatitos enfermos, muriendo algunos sin terminar de abrir los ojos, los perros abandonados en las cunetas, las protectoras saturadas, las perreras a reventar y la gente desesperada, rogando, suplicando ayuda que en muchos casos no llega, porque ya la gente que ayuda no puede más...

Verano, maldito verano, y maldita crisis que se está llevando los pocos logros animalistas que se consiguieron, crisis de valores, de humanidad, de compasión...esa gente que disfruta del verano sin importarle como miles de criaturas sufren y mueren cada día en nuestro país.

Recuerdo cuando era niña... mi ignorancia del mundo, es lo unico que añoro.